Enviado Por Manuel Espino para RVSAC
En los últimos días, miles de veces se ha parafraseado en la opinión pública mexicana la frase “podré estar en desacuerdo con lo que digas, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”, atribuida a Voltaire. Obviamente se la han dicho a periodistas. Pero también a empresarios, a gobernantes y legisladores de todos los órdenes, autoridades universitarias, a líderes sindicales, a todos quienes hoy sufren embates que buscan imponer el silencio del autoritarismo.
Esa máxima también se ha dicho dentro de una institución en la que nunca había hecho falta, porque allí siempre se dio por sentada la libertad de expresión: mi hogar político, Acción Nacional.
Miles de panistas enfrentan presiones por atreverse a hablar con la verdad y por promover ese debate libre que siempre caracterizó a nuestro partido. A mí se me ha amenazado con la expulsión, pero muchos otros están pagando los costos de exigir congruencia.
Por ello, he decidido defenderme ante esta amenaza de expulsión con todos los medios políticos y legales de los que dispongo, que son vastos. No permitiré que se expulse a un panista, a ninguno, por actuar con libertad y con lealtad, en defensa de la tradición democrática de Acción Nacional.
El PAN iría en contra de su identidad si, como se ha pretendido recientemente, limitara la libertad de expresión, una de nuestras principales banderas históricas y políticas.
Además, si me allano ante la mordaza azul, sentaré un precedente muy lamentable para el Partido Acción nacional y para la política mexicana; entonces será muy fácil imponer dentro de mi partido el silencio y la sumisión. Sería vergonzoso que el PAN incurriera en una práctica que por décadas le criticó al PRI.
He escuchado que si se me expulsa por exigir congruencia a los dirigentes de mi partido y a quienes ocupan cargos de gobierno, ¿qué podría esperar cualquier otro militante que no ha tenido oportunidad de estar en altos niveles de conducción política? No lo hago sólo por mí, lo hago por todos esos panistas que han sido amenazados. Lo hago para evitar un mayor descrédito al partido que está en la responsabilidad de gobierno, el más obligado al diálogo, a la tolerancia, a ser promotor de entendimiento entre quienes piensan diferente.
Decisión añeja
Me informaron que a principios del año pasado se tomó en Los Pinos la decisión política de expulsarme. Ahora, con esa misma intención, se citan hechos acaecidos después de que tomaron la decisión. Es decir: primero decidieron expulsarme y luego buscaron por qué.
Eso es persecución. Eso es cacería de brujas. Eso es un atentado contra la dignidad humana, desde un partido desde que la defiende, así como a la libertad de expresión.
Durante todo este tiempo, se han hecho correr rumores negativos para mi persona entre la militancia del PAN. También se ha sostenido una campaña negra en medios, para golpear a mi persona y al Movimiento Volver a Empezar. Creo que por ello se ha alargado deliberadamente el tiempo de este proceso.
Sin embargo, espero que todavía haya una actitud de reconciliación dentro del Comité Nacional. Ojalá midan con prudencia, porque hay miles de panistas dispuestos para esta tarea. No vamos a permitir que Acción Nacional se descarrile solamente por el capricho autoritario de unos cuantos.
Invito al Comité Nacional a la reconsideración y también invito, muy respetuosamente, al Presidente de la República a revisar su actitud porque no puede imponer sus fobias personales a la institución que nos cobija a ambos y que nos va a cobijar toda la vida.
Encrucijada histórica
Estamos en una encrucijada para la historia del PAN. Tomar el camino de la obediencia ciega al poder central nos llevaría a vivir en el silencio de los agachados. Padeceríamos las condiciones de sumisión política que nacimos para combatir. Porque junto con mi expulsión se firmaría el acta de defunción del debate libre dentro del PAN y comenzaría una campaña de expulsiones en varios comités locales.
Sin embargo, este lamentable caso también nos puede llevar a una reflexión que nos permita retomar el camino de nuestros valores y nuestros principios. Hoy tenemos la oportunidad de volver a empezar, inaugurando una era de comunión con la identidad que hizo del PAN una institución distinta y distinguible, valorada por los mexicanos como esencialmente honesta, libre y democrática. Envio de http://manuelespino.posterous.com/ para difusión.
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