Fernando Sandoval Guerrero.
Analista Político y Escritor. Desde el Metro. Ciudad de México.
Estamos al borde del colapso, y no solo en el estado de Puebla, en el Distrito Federal donde es ridículo, inaceptable e impensable, que millones de habitantes no le paren un alto a un funcionario público como Marcelo Ebrad Casaubón.
¿Carente de facultades mentales o de alto coeficiente por darnos solo circo, pan y tamales, así como pista de hielo? No se conforma con el caos que trajo Carlos Hank González con los ejes viales donde el caos en la antigua ciudad capitalina no se puede circular y no es por coches, y no es por tantos habitantes, es sencillamente por la idiotez de no controlar la tasa de natalidad, la planeación urbana y sobre todo cuidar y preservar las áreas verdes donde todavía existen animales, plantas y biodiversidad como los ajolotes, como los lirios o como las propias mojarras de Xochimilco. Lo único que expandimos son comités de base, oficinas de gestión para procesos electorales. ¡Todos estamos Viendo!
¡Que alguien le diga que ya basta! Siendo orgullosamente mexicanos, tenemos la obligación de decir lo que sentimos sin miedo, sin callarlo. No queremos ver la debacle de una ciudad histórica y milenaria. Si hay algo que debemos recordarle al Marcelo Ebrad es que no va ni será Presidente de la República por la sencilla razón, primero la leyenda del Palacio de Gobierno implica a quienes ambicionan el poder por hambre personalista y segundo por las ineptitudes de hacer obras “estúpidamente tontas” Veamos sus hermosos puentes. ¡Que alguien se lo diga!
Metrobuses, microbuses o tren ligero ¿corresponde a mezquinos negocios de unos cuantos, licitaciones apócrifas donde se tienen arreglados los acuerdos de quien será el que lleve, realice o haga dichas obras? Inaudito quitar ahora un carril del Periférico. No se conforma con hacer puentes millonarios para unos cuantos. ¿Porque no construye por abajo? Es más ambicioso, es más caro, hay más ganancias y es mejor a futuro.
Marcelo Ebrad Casaubón. Si mucho quiere a nuestros ciudadanos Defeños, Chilangos o que viven en el Distrito Federal, que piense un solo momento y medita antes de que llenen de proyectos “sin consenso de las mayorías. El vino del PRI, de las hordas perredistas de las mayorías. ¿Dónde Están las mayorías para acordar semejantes cosas? ¿Dónde están los asambleístas convenencieramente partidistas y vividores de la fortuna del poder popular que desconoce a la prole, al pueblo a las clases desprotegidas y las clases medias que somos muchos millones que pagamos, que cumplimos y que no hay nada en sí y para sí?
¿Por qué no piensa si quiere ser Presidente? Si es muy bueno, vivió en Francia y conoce la política internacional. Que quite la tenencia de los automóviles que son un decreto inexistente desde el 68 o desde tiempo muy atrás. Eso es ayudar a la población, no dando despensitas, no dando apoyos y quitándolos a diestra y siniestra, generar verdaderos empleos a largo plazo, no temporales.
Si realmente quiere, que quite los verificadores ecológicos que son una mafia, que son una corruptela donde mientras no haya humo con mordida legal se pasa cualquier auto, ¿Cómo se puede? No hay ciego que no quiera ver. Si realmente quiere ayudar a un pueblo histórico. Que lo haga.
Es una pena que siendo de la Ciudad de México, que estudio en el Colegio Simón Bolívar, la Universidad La Salle y en el Colegio de México y en la ÉNA, en París, Francia, no se detenga a reflexionar que las ambiciones están por debajo de las mayorías supremas y populares. ¡No puede hacer una obra de arte a su forma y condiciones particulares y mucho menos por encima de los derechos inalienables de terceros de otros y de uno mismo!
Por el derecho constitucional que concede la Carta Magna, el derecho de libertad de expresión y la urgente necesidad de poner un alto y detener proyectos que hacen daño, que no mejoran el servicio y deterioran la imagen citadina, cosmopolita y tercermundista pero si quiere quitar carcachas cuando los capitalinos no tienen para comer gracias a la presente administración que prohíbe vendedores ambulantes porque no quieren robar, porque quieren ganarse la vida pero no tienen un trabajo digno y decoroso que mantenga a sus familias pero eso sí, deja legalmente vender productos extranjeros, chinos e ilegales propiciados por la gran legalidad asambleísta y la inocuas decisiones gubernamentales. ¿Novedad que existan jugosas ganancias? No queremos pensar que detrás sigue Manuel Camacho Solís donde quiso hacer de la Secretaría de Relaciones Exteriores una pepeneria (Montón de pepenadores) a finales del sexenio salinista y pero aún; quiera embelesar los oídos del Estado de Puebla y del Gobernador Rafael Moreno Valle para traer negocios personalistas que no han respondido las necesidades de transporte, de servicio y de imagen en el Distrito Federal, mucho menos corresponderán a las necesidades costumbristas y tradicionales del Estado de Puebla. ¡Porque obligación y derecho, es! ¡Basta!
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