UNAM

jueves, 31 de agosto de 2023

Ciudadanos, gobierno e iINAH preocupados por la historia de México.

  

 

Ciudadanos, gobierno e iINAH preocupados por la historia de México.

 

Cholultecas fervientes de sus tradiciones y costumbres


Ongs, y medios periodísticos independientes atentos de la preservación cultural: Sandoval.


 

Foto: RVSAC. Derechos Reservados. para uso solicitar por escrito el uso de la imagen.

 

Fernando Sandoval

 

 

 

No cabe duda que para la arqueología en México, la trivial respuesta, e incluso de la WEB y de buscadores globales de internet es ante la pregunta ¿ Qué es mejor para la conservación de piedras arqueológicas?

 

“La solución más drástica para la conservación del patrimonio arqueológico construido con tierra, pero que a la larga resulta la mejor forma de garantizar su permanencia, es la sepultura de los vestigios”.

 

Y en verdad  en la región Cholulteca muchas cosas yacen bajo la tierra y escombros de obras donde los vestigios, la modernidad y las necesidades sociales están haciendo tomar decisiones cada vez mas discordantes a la propia historia de las civilizaciones, pero también hay quienes están preocupados por su trabajo y por mantener estos vestigios y las autoridades municipales están atentas a las peticiones de la población.

 

En el “Manual de Conservación Preventiva en Zonas Arqueológicas Consejo Nacional para la Cultura y las Artes Instituto Nacional de Antropología e Historia Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural Departamento de Conservación de Material Arqueológico y Pintura Mural Alejandra Alonso Olvera Renata Schneider Glantz Haydee Orea Magaña CONACULTA – INAH”, se indica “I. Actividades de mantenimiento 1.- ¿Cuáles son los daños más comunes en una zona arqueológica y cómo se detectan esos daños? Ficha de registro de alteraciones y daños 2.- ¿Cuáles son las principales actividades de mantenimiento que pueden llevar a cabo los custodios y otros trabajadores auxiliares? A) Limpieza B) Control de flora C) Control de fauna D) Colocación y mantenimiento de elementos de protección. E) Trabajos de albañilería en los edificios F) Información a visitantes II. Registro de las actividades de mantenimiento 1.- ¿Cómo y porqué deben registrarse las tareas de mantenimiento? 2.- ¿Cuáles son los efectos del mantenimiento a corto, mediano y largo plazo y cómo pueden valorarse? III. ¿Cómo resolver los casos de emergencia 1.- ¿Qué debe hacer el custodio en caso de sorprender a una persona realizando estas cosas? 2.- ¿Quiénes son las autoridades responsables de la custodia de las zonas arqueológicas? 3.- Direcciones y teléfonos para asesoría en casos de emergencia”

 

¿Por qué apenas ponerse de acuerdo a cuidar una Piedra, monolito, pictografia en piedra o parte de un basamento piramidal en San Andrés Cholula?

 

¿Por qué   hasta que llega la modernidad, que ya estaba desde años antes y no de ahora, se busca dar solución a algo importante?

 


Es momento de actuar, es momento de decidir.

 

En el ApartadoI. Actividades de mantenimiento  indefinidamente se describe  al texto completo para fines informativos los primero  que debe preguntarse uno:

 

1.- ¿Cuáles son los daños más comunes en una zona arqueológica y cómo se detectan esos daños? Los daños más comunes en una zona arqueológica pueden dividirse en dos grupos principales: uno, los que han sido ocasionados por el paso del tiempo y los factores ambientales, y dos, los que se deben a la acción directa o indirecta del hombre. Los factores ambientales como la lluvia, el agua del subsuelo, la vegetación circundante, la luz, los vientos, el frío y el calor siempre provocan algunas transformaciones en los edificios y en los elementos que los componen (nosotros notamos esas transformaciones como “alteraciones” que corresponden efectivamente a modificaciones producidas por estos agentes del ambiente en combinación con el tiempo). Los daños ocasionados por el paso del tiempo son muy fáciles de detectar a simple vista: por ejemplo, los elementos arquitectónicos derruidos, los muros incompletos, o los techos caídos por derrumbe. El tiempo es uno de los factores que tiene mayor efecto en las zonas arqueológicas; a su paso han quedado los restos de edificios y estructuras sepultadas bajo la hierba y montículos naturales de tierra y vegetación. Algunas veces se puede ver cómo el terreno sobre el que descansan los edificios y otros elementos que en ellos se encuentran (como lápidas, pinturas murales y estucos modelados) se han movido de lugar debido a que el terreno se ha asentado o se ha hundido, provocando que algunos elementos se hayan destruido o parezcan movidos de lugar: los muros a veces han perdido sus aplanados, los techos han desaparecido, en el lugar de las puertas o escaleras de acceso sólo quedan los huecos vacíos, los pisos CNCA • INAH • CNCPC interiores también están incompletos, rotos o ya no existen; los colores de las pinturas murales se han desvanecido o bien, se han perdido en algunas partes, las piedras esculpidas se encuentran cubiertas por una capa oscura y los detalles de los relieves se desdibujan cada día más. Sin embargo, el tiempo también puede ser uno de los factores de conservación más importantes. Cuando los restos de los edificios o piezas arqueológicas permanecen por largo tiempo en estado semisepultado o totalmente cubiertos por la vegetación, los materiales que los componen tienden a conservarse. El curso de su destrucción se hace más lento y paulatino y es por eso que todavía encontramos, después de cientos de años, lo que fueran valiosos y monumentales vestigios de otras épocas. Gracias a que la transformación de los restos arqueológicos es lenta, hoy podemos admirar lo que constituyó nuestro pasado, y podemos hacernos una idea de lo que los hombres construyeron y de cómo vivieron en su momento. Los daños que produce el hombre a las zonas arqueológicas pueden ser por vandalismo y/o negligencia, por destrucción incidental y por saqueo o robo involuntario sin ánimo de lucro, por las intervenciones inadecuadas de arqueología y restauración, y por las construcciones ilícitas dentro del perímetro de la zona. A continuación se define a qué se refieren tales acciones: Vandalismo y negligencia. Vandalismo es cualquier acción encaminada a dañar intencionalmente cualquiera de las partes que forman una zona arqueológica, por ejemplo hacer una “pinta”. Negligencia se refiere a la acción de una persona responsable de la seguridad o del mantenimiento del sitio cuando daña sin intención o involuntariamente los bienes que debe proteger, o bien cuando no reporta un incidente que pueda estar afectando la integridad de un elemento (es decir cuando no realiza su tarea de custodia). Destrucción incidental y despojo. La primera se refiere a la acción de un visitante que sin una intención premeditada afecta o daña un objeto –como por ejemplo tocar o mojar una pintura mural o tomar fotos con flash, o bien, recargarse en un estuco-. Cuando hablamos de despojo involuntario en este manual, nos referimos a la sustracción de un objeto sin ánimo de lucro o sin conocimiento de que se está privando a la zona arqueológica de una parte muy importante de su historia y de materiales útiles para la arqueología, como llevarse un tepalcate, una navajita de obsidiana o restos de un estuco del piso. Manual de Conservación Preventiva en Zonas Arqueológicas Intervenciones inadecuadas y construcciones ilícitas. Una intervención inadecuada es cuando se ha hecho un mal trabajo, es decir, cuando se hizo una labor encaminada a preservar y estudiar un objeto y el resultado es perjudicial para ese objeto. Las construcciones ilícitas son edificaciones que perturban la historia original del sitio y que muchas veces dañan su apariencia, haciendo fea y sucia la zona arqueológica, como los establecimientos de comida y venta de artesanías dentro de los límites de las zonas, así como viviendas. Saqueo. Este es el peor y el más penado por la ley de todos los males que pueden causar el hombre en un sitio arqueológico, ya que se trata del robo intencionado de algún objeto del sitio –un relieve, una vasija de barro, objetos de una tumba, una estela, una roca esculpida, etcétera-. Para hacer más fácil la identificación de los daños y las causas que los producen, presentamos una tabla en la que se puede resumir la información y que deberá llenarse de acuerdo a áreas preestablecidas, es decir, con un mapa de la zona arqueológica y definiendo claramente a qué zona nos estamos refiriendo. La tabla debe incluir todas las partes que comprenden la zona arqueológica, porque de esta manera podremos cuantificar con mayor facilidad en donde hace falta más trabajo, y qué áreas resultan ser más estables y menos problemáticas. Se recomienda que esta ficha de detección de alteraciones y daños se llene al menos cuatro veces al año, para tener un control aceptable del estado de conservación de una zona arqueológica.”

 

Foto: RVSAC sistema de sobras manipulada.

 

En San Andrés Cholula, cuenta las leyenda y bajo las crónicas no escritas de esta zona, esta piedra pertenece a la cultura olmeca por lo represetativo de  dibujos que representan al sol y forma parte de lo que se le conoce como mesa rota o piedra desigual. Fue utilizada después de la llegada de los españoles para delimitación de la zona como parte de una geografía o lindero territorial o colindancia de un terreno.

 

También durante la revolución fue parte de un montículo en medio de la calle como parte de la mojonera de inicio del barrio entre San Pedro Colomoxco y Santamaría Coaco, quienes  desde la época prehispánica fueron dominios de los Toltecas Chichimecas, quienes dieron origen a la actual zona de Cholula o Cholollan- Tlachihualtepetl, asi mismo la cultura Teotihuacana, Olmeca, Xicalanca, Tolteca, predominaron hasta la llegada de los españoles.

 


Los señorios Indígenas  fueron 5   el K iche, Kaqchikel, man, tzutujil y poqomam.

 

Los Territorios  prehispánicos a la llegada de la conquista, fue la Mexica, Tolteca, Olmeca, Totonaca, Nahua, Mixteca, Zapoteca y Otomí, donde predominaba la adoración a Quetzalcoatl, un tipo de religión autóctona entre etnias  Nahuas, Chochopacla, mixtecas.

 

Mientras tanto, la presente administración que encabeza Edmundo Tlatehui en el municipio de San Andrés Cholula, esta preocupada por la preservación de la cultura de sus barrios y sus costumbres. En Hora Buena.

 

Mientras tanto, ciudadanos solicitaran a gobiernos e Institutos la preservación de vestigios, en sus propios lugares de origen.

 

Esta historia continúa.

 

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